sábado, 18 de septiembre de 2010

Memorias de un ángel. capitulo vigésimo cuarto

Tras haber explicado al situación a Zoe, Vero y Ricky- aunque no con todos los detalles-. Se decide de manera unánime-salvo Lirón, que no acepta tal decisión- que Niko, Alvaro y Connor irán al Montibello para buscar a Cesar, mientras Ricky, Lirón y las chicas se quedaran en la cabaña custodiadas por Noelia Devereux.
Tras las decisiones siempre difíciles, Niko, Alvaro y Connor hablan entorno al coche de Connor.
- De que me hablas Niko,¿vampiros?. En serio piensas que creo en los vampiros,
- ¿Es más fácil creer que tu eres un ángel?, y lo eres ¿no?.
- No es lo mismo, los ángeles existimos desde los albores de los tiempos, mucho antes inclusive de que la vida existiese tal como la conocemos. En cambio ¿Vampiros?, eso es parte del folklore, si Bran Stocker no hubiese escrito sobre ellos nadie hablaria de vampiros.
- Pero existiriamos igual-cuanto daño nos hizo el dichoso irlandes borracho-.
Niko se quito sus gafas de sol para mostrar sus enormes ojos color escarlata.
- ¿Te parecen estos ojos humanos?, además mira mi aspecto tengo ochenta años.
- Suponiendo que te crea, ¿Porque tienes que ayudarme, es más porque estas aquí?.
- Tú tienes un jefe ¿Verdad?, uno que te manda misiones que debes cumplir ¿No?. Pues digamos que yo tengo un cúmulo de cosas que no me gustan, cosas que he hecho y de las que no me siento orgulloso y tu jefe que ahora es el de ambos me da la oportunidad de redimirme y no ser más un condenado, ayudándote ganaré mi perdón y con Alvaro eñ tema es exactamente el mismo.
- Alvaro ¿Tu tambien eres un vampiro?.
- No, no exactamente, aunque soy más viejo que Niko eso si...lo mío es aun menos creible que lo suyo, partiendo de la idea de que no crees en estas cosas, una mente demasiado cerrada para alguien con seiscientos años ¿No te parece?. En fin yo soy lo que se conoceria gracias al cine de la hammer y a la literatura fantastica como un Hombre lobo, aunque cuando "cambio" nada me queda de hombre si te soy sincero.
- ¿Un licantropo?.
- Exacto si, esa definición nos hace más justicia.
Ya sabia que existian los licantropos, pero pensaba que se habían extinguidos hace trescientos años.
- Y así es, soy el último de este maldito y condenado linaje -y es así por la protección que un convento dominico me ha prestado a lo largo de mi vida- y conmigo acabara la maldición, no engendrare demonios de la noche.
- Me parece una gran decisión. Pero dime ¿Como controlas tu hambre, como dominas la "sed"?.
- Ves el rosario blanco de madera que cuelga de mi cuello, era de Costanza, la mujer que amé antes de ser lo que soy. El jefe le dió un poder, un don a este rosario, me contiene como un sello, de hecho sella el ochenta por ciento de mi fuerza y mi poder, pero a cambio sacia mi sed y me permite dos cosas muy importantes. La primera me permite "cambiar" a voluntad y sobre todo la segunda, me permite controlar mis actos y mantener la cabeza fría en cada momento.
Tras las sombras surge una gran figura vestida de negro y de prominente barba.
- Venga no me jodáis un ángel, un vampiro y un hombre lobo....joder esto parece un chiste de un ingles, un frances y un español pero interpretado y llevado al cine por Uwe Boll.
-¡Mierda!, ¿Que diablos haces tú ahí?.
- Es culpa de Ricky...me dijo que os expiara y le contara despues...es que en el fondo es muy cotilla.
- Ya claro.
- No en serio. Bueno ahora ya si hablo en serio. Voy con vosotros.
- Ni de coña.
- No os lo estoy preguntando, lo estoy afirmando.
- Tu mismo Lirón, paso de decirte que debes y que no debes hacer, ya eres grande, al menos sabras utilizar un arma ¿No?.
- Por favor estas de coña ¿no?, soy ingles pero mi abuelo era estadounidense y dormia con un colt bajo la almohada, por supuesto que se usar una pipa.
Connor abre el maletero del coche y deja ver varias semiautomaticas y cargadores como para tomar Myanmar.
- No hablaba exactamente de una pipa Lirón.

viernes, 10 de septiembre de 2010

Memorias de un ángel. capitulo vigésimo tercero

Lirón atravesó el pasillo con paso firme en dirección al aseo, estaba confundido, el sonido que había escuchado se asemejaba a un grito o un sollozo, tal vez un gemido, pero lo que le descolocaba era el tiempo que había pasado desde que Connor se llevó a Vero con él...y le picaba -sobremanera- la curiosidad. A medio camino escuchó que llamaban a la puerta y estuvo a punto de girarse para abrirla el mismo, pero la curiosidad era fuerte y había más gente que podia abrir la dichosa puerta.
Prosiguió hasta llegar a la puerta, pensó tocar antes de entrar, pero tampoco estaba sucediendo nada importante dentro , así que giro el pomo lentamente y abrió la puerta primero levemente y luego totalmente par poder ver que pasaba allí dentro. Para su sorpresa no encontró a nadie aunque vio algo en el suelo que le llamo poderosamente la atención, lo cogio no sin ciertos reparos y lo metió en su bolsillo, salio del aseo y se volvió de nuevo para al salón sonde estaban todos jugando al poker.
Mientras esto acontecía en uno de los dormitorios, en las penumbras aprovechando el cobijo de la oscuridad semidesnudos Connor y Vero seguían besandose y abrazando sus cuerpos como si un yugo los aprisionara al uno contra el otro.
- Deberíamos volver Connor.
- Sí, si no empezaran a preocuparse, imagina si alguno le da por entrar en el lavabo y descubre que no estamos, cuando menos seria sospechoso.
- Bueno habría sido peor si les da por entrar hace cinco minutos.
- Sí, habría sido muy violento. ¿no?.
Se miran y sonrien mutuamente.
- Sí, habría sido bastante violento.¡Vamos!.
- Sí, vamos.
Cogidos de la mano salen del dormitorio y van hacia el salón, cuando llegan se sueltan de la mano mecánicamente-no estan preparados para eso todavía-. Ya en el salón se percantan de la presencia de una extraña, una mujer con traje que los mira directamente y habla.
- Connor McCoy ¿verdad?.
- Sí ¿Y tu eres?.
- Noelia Deveraux, me han enviado de Imagine para darle un comunicado importante, ¿Podemos hablar a solas?.
- Claro, sigame agente Deveraux.
Tras un par de minutos, ambos agentes se encuentran en una dependencia contigua al salón, se trata de una especie de sala de juegos con billar, diana y una televisión enorme. Cerca del quicio de la puerta esperan escondidos Alvaro, Niko y Lirón- Ricky rehuso la opción de ir a escuchar a escondidas, por su condición de caballero ingles que es, a Lirón este aspecto le dio igual-.
- ¿Sabes quien soy verdad?.
- Sé que eres la agente Devereux, y hace rato que intento saber quien más eres pero no te siento. Y eso me aterra en cierto modo.
- Soy como tu, somos hermanos de destino.
- ¿Eres un ángel?.
- Sí, y se me ha enviado decirte algo importante.
- Si eres un ángel por que no te siento.
- Eso se debe a que te has acercado demasiado a los humanos, te identificas con ellos, eso te hace débil, además te estan haciendo perder habilidades, ya ni tan siquiera puedes reconocerme. Te estas humanizando Pietro, recuerda cual es tu misión.
- Voy a encontrarle, a eso vine y eso haré.
- No, a eso vengo yo, a ayudarte, a decirte donde lo tienen, porque tu has perdido el timón de todo esto. No has sido precabido, ellos ya saben que estas aquí, los has puesto en alerta, ya nada será fácil.
- Lo sé y lo asumo. Dime ¿Que sabes?.
- Sé que lo tienen en el edificio Montibello, en la ultima planta, pero esta tomado por al menos treinta de esos engendros.
- Vale, no es preocupante yo mismo sacare a ese chico de allí, con mis propias manos retorceres los cuellos de esas criaturas del averno.
Saliendo de detrás de la pared aparecen Niko, Alvaro y Lirón.
- Y nosotros vamos contigo jefe.
- Tus chicos ¿Escuchan siempre a escondidas tus conversaciones privadas- haciendo énfasis en privadas-?.
- Últimamente están cogiendo costumbres algo impropias la verdad. A lo que iba chicos no sabéis de que habláis, No estáis preparados para afrontar algo así.
- Con todo respeto, si que lo estamos jefe, aunque no lo crea Nico y yo tenemos una misión algo diferente, como usted.
- ¿A que te refieres Losada?.
- Que tanto Niko como yo no somos lo que aparentamos y que alguien nos mando a ayudarte, sabemos quien-que- eres Connor, ahora dejame contarte quienes somos nosotros.