martes, 30 de agosto de 2011

CRONICAS DEL VERANO:SOLSTICIO. PROLOGO

Bueno toda vez acabada Memorias de un ángel y mientras escribo la segunda parte, os iré poniendo tanbien capítulos de mi segunda novel, crónicas del verano, en su primera entrega solsticio. Espero os guste, iré intercalando capítulos de esta novela con capítulos de Crónica de un arcángel-la segunda parte de Memorias de un ángel. Sin más espero os guste.




PROLOGO



Eran las tres de la madrugada, de una fría madrugada de Junio, me encontraba cansado por la monotonía de la vida en la academia, el frío no era lo más temible de la Taunton Academy,  ni siquiera lo era la dura vida en el condado de Somerset anclado aun en el siglo veinte, lo más duro era sentir que allí íbamos todos los hijos cuyos padres se querían quitar del medio, mentiría si dijera que era algo que ya no me importaba, algo que ya no me dolía, dolía del mismo modo que el día que ingrese hace ya once años, he vivido más entre estos lóbregos y añejos muros que entre las paredes de la casa de mis padres, no la considero mía ya que apenas si la recuerdo, hace años que no la piso ni durante las vacaciones ni fiestas de guardar ya que mis padres están de viaje, nunca están en casa y por ende yo tampoco voy, me quedo en la academia o viajo con los emolumentos que mi padre generosamente ingresa en una cuenta a mi nombre, es su forma de decir lo siento supongo, mis padres son ricos, yo solo tengo dinero.
El frío no me hacía desistir de fumarme mi cigarrillo de por la noche, era de lo poco que me consolaba cuando me ponía a pensar en mi vida, allí estaba yo, sentad en la cama mirando por la ventana de mi habitación; las habitaciones en Taunton eran compartidas, pero mi padre se había asegurado de que no la compartiera con nadie, Taunton tiene muchas tradiciones antiquísimas, y la convivencia es una de ellas, pero hay pocas tradiciones que el dinero de mi padre no pueda comprar, pero qué más daba estar solo en la habitación así es como me encontraba encerrado entre esas cuatro paredes de mi buhardilla, siempre desde que tengo uso de razón me he sentido salo, la presencia de nadie podría haber cambiado eso, al menos eso pensaba yo, en los próximos meses mi opinión sobre esto y otros muchos factores de mi vida iban a cambiar, mi mundo entero iba a cambiar de manera inexorable, pero eso aun no lo sabía.
Apagué mi cigarro contra el quicio de madera de la ventana tras exhalar mi última calada y me acosté, pero fueron pocos los minutos que pasaron hasta que mi estomago rugió como una fiera, ese tipo de momentos embarazosos eran el tipo de cosas que no sufría al estar solo. Salte  de la cama decidido a comer algo, como era normal a las tres de la madrugada no estaba abierta la cocina, bueno en realidad para los estudiantes nunca estaba abierta, no podíamos comer nada fuera de las horas de comedor (no se concebía comer entre horas ya que la salud era uno de los pilares de la academia, ya sabéis eso de “mens sana in corpore sano”...pues eso llevado al  extremo), pero eso tampoco era un excesivo problema, llevaba viviendo allí desde los siete años, conocía cada giro, cada recoveco y cada misterioso corredor , cada galería y cada sombra de la academia, podía moverme en la oscuridad ya que con los ojos cerrados era incapaz de tropezar, era en cierto modo mi casa, y de tal manera me dispuso a llegar a la cocina y sustraer de la alacena al menos un par de bollos de miel…lo único problemático podría ser el “perro”, el perro era el sobrenombre que recibía el profesor de física Jason Keating ya que era viejo como él solo, pero un autentico sabueso…bueno en realidad era un ser infame que disfrutaba destrozando los sueños de los chicos bien de la academia (yo era de sus favoritos); cada noche uno de los profesores hacía rondas nocturnas para evitar cualquier suceso extraño, entiéndase como suceso extraño que los alumnos nos escapáramos o bien para salir de fiesta(poco probable) o bien para colarnos en el ala de las chicas (increíblemente probable) o como era mi caso irme a hurtadillas a sisar comida de la alacena.
Así pues con la sombra del perro en mi retrovisor de manera permanente salí de mi habitación y baje las escaleras, siempre pegado a la pared y descalzo para no hacer ruido alguno. Fui de planta en planta sin despegarme demasiado, con mi espalda a modo de ventosa contra el frío muro, cuando llegue a la segunda planta -venia de la sexta- atisbé a escuchar unos pasos y vislumbre lo que era la luz de una pequeña linterna que se aproximaba bajo el dintel de la galería este, el lado de las chicas sin lugar a dudas era él, tragué saliva y contuve la respiración, estaba demasiado cerca para tratar de ocultarme solo esperaba que pasar de largo sin enfocarme, quizás las sombras cuidarían de mi esa noche como lo habían hecho otras tantas. Se aproximaba y el silencio era tal que solo escuchaba sus pasos y mi corazón, entonces paso ante mí y pude respirar, el personaje venia enfundado en una suerte de manta de la que solo salía la tenue luz de la linterna como si de un ciclope se tratara, no me vio pero yo a él sí y de un golpe seco le quite la manta y bajo ella estaba como no el americano, Jonas era un estudiante norteamericano muy propenso a las visitas nocturnas a las chicas.
-          ¿De qué habitación vienes esta noche tres jotas?
-          ¡Coño! que susto me has dado tío, creí que eras el perro.
-          Y yo creí que tú eras él.
-          Para nada tío, el es muy ruidoso y yo soy muy sutil.
-          Eso no es lo que comentan las chicas.
-          ¡Ja ja, ya eso…!. ¿En fin adónde vas?
-          A la cocina a comer algo, si quieres acompañarme eres bienvenido.
-          Gracias pero créeme si te digo que yo vengo bien cenado.
-          No quiero detalles.
Sin más se despiden sin decirse mucho más el uno al otro salvo sonrisas socarronas cruzadas. Antes de alejarse Jonas gira y susurra algo:
-          ¡Shhh!, vengo de la habitación de Tonya.
Sin molestarme en responder levanto la mano haciéndole saber que me parece muy bien y sigo mi camino esta vez más tranquilo, hasta llegar al vestíbulo, una vez allí me escurro hasta el montacargas que hay cerca de los aseos y que se encuentra oculto a la vista y que lleva directamente a la cocina, para mi desgracia el mantenimiento lo lleva Suchy… que es de esas personas que no tiene mucho amor a su trabajo lo que lleva al hecho de la falta de aceite de los engranajes y las levas del montacargas que suenan y chirrían por toda la academia, mi misión secreta se acaba de convertir en vox populi para mi desgracia. Este desgraciado accidente me hace toda vez que salgo del montacargas en la cocina correr hacía la alacena y abastecerme con varios bollos de miel y pequeñas napolitanas de crema –no contaba con las napolitanas, pero se agradecen- . Tras cargarlo todo en un pequeño saco que forma con la parte baja de la camisa de mi pijama salgo corriendo por la puerta de atrás de la cocina, el montacargas –lento para las huidas-  queda desechado. Veo luces que se cruzan, entiendo que el montacargas ha avisado a alguien más además de al perro, es hora de tragar saliva y hacer algo realmente loco y arriesgado como salir al patio trasero y tratar de escalar hasta el segundo piso apoyándome en una de las tapias de la casa de Suchy; dicho y hecho llevo a cabo mi plan “suicida” consiguiendo encaramarme a duras penas hasta el segundo piso, para mi suerte uno de los ventanales del pasillo está abierto con lo cual no tendré que tocar a nadie para que me abra, la verdad es que no es hora de tocar a ninguna ventana, además si toco a la equivocada al día siguiente todos sabrían lo que habría hecho empezando por el director, el compañerismo brilla por su ausencia- según quien- si se puede conseguir una distinción por denunciar a un compañero por conducta inmoral y delictiva en este caso.
Me agarro a la cornisa de la ventana y me meto por ella, aunque no he perdido ningún bollo, estos están un tanto aplastados, aunque el estomago no hace distinciones. Ya en el segundo piso subo hasta el sexto pegado a la pared y muy despacito para tratar de no llamar más la atención esta noche y llegar a mi habitación, en que mal momento estaba tan arriba la dichosa buhardilla, pese a todo pasadas las cuatro de la mañana llegue a mi habitación y la cerré con llave a mi espalda, por fin había llegado, cuando me senté en la cama y saque los bollos y las napolitanas caí en la cuenta de que entre el estrés y el cansancio había perdido el apetito. De repente tocaron a la puerta y temí lo peor, me habían visto, trague saliva y abrí la puerta ante mis ojos y con asombro descubrí tras la puerta a Jonas el americano.
-          ¡Joder cuanto has tardado!, espero que al menos hayas traído algo que comer que a mí el esfuerzo físico me da hambre, como dijiste que ibas a la cocina por priva decidí visitarte y compartir contigo esta suerte de brunch de madrugada.
-          Pasa y sírvete.
Aquella noche por primera vez en años no estaba solo y por alguna extraña razón con Jonas allí tampoco me sentía así, era pesado y fanfarrón pero si socavabas bajo varias capas-muchas quizás- no era un mal chico ese yanqui.

sábado, 27 de agosto de 2011

memorias de un angel prologo

Pese a lo irreal que pueda parecer ya que lo publico ahora, pero este prologo iría inmediatamente antes del primer capitulo, solo que lo escribí al final y por eso va el ultimo. espero que hayais disfrutado de memorias, desde aquí quiero dedicarlo en primer lugar a mi mujer Fátima a la cual amo con toda mi alma y que inspiro este amor inmortal a través de los siglos y a mi hijo Eric, sin ellos jamas habría publicado nada, y por supuesto a cada uno de  los que habéis leído los capitulo, sin vosotros no habría historia, sin más os dejo este prologo y os anuncio que en breve comenzare a publicar la segunda parte:
Cronica de un Arcangel.


PD: Si os ha gustado podéis hacerla realidad, podéis convertirla en papel si me votáis en :


http://www.bookad.co/profiles/blogs/memorias-de-un-ngel






Café de chinitas, en una céntrica calle de Madrid en una calurosa tarde de agosto. Dos individuos trajeados sentados frente a frente ajenos al ajetreo de la ciudad y al rumor incesante del gentío del café. Uno con traje de seda negro y camisa negra, solo una corbata de un tono agrisado saca algo de color a un conjunto totalmente oscuro y apagado, de cabello rubio largo y ojos grises y fríos. Frente a él, con traje de lino cubano blanco un hombre delgado pero de cierta altura pese a estar sentado, de nariz aguileña y pelo cano.
Las tazas de café aun humeante parecen escoltar a estos dos individuos que se miran y escrutan por minutos sin decirse nada como si el tiempo no pasara por ellos, como si de algún modo siempre hubieran estado ahí, atemporales.
De repente el individuo del traje blanco se adelanta y habla:
- ¿Bueno entonces que es lo que vamos a hacer?
- ¿A qué te refieres viejo amigo?
- Creo que ya sabes de que hablo, ha pasado demasiado tiempo sin una purga y deberíamos hacer algo al respecto.
- Sabes que la última no salió como debía de haberlo hecho.
- De eso hace ya diez años y no tuvimos la culpa hicimos todo de nuestra parte pero fallaron algunos cabos y por eso no estallo la tercera guerra…pero esta vez hemos pensado algo distinto, algo que no dependa tanto de la voluntad humana.
- ¿Te refieres a una purga tipo la peste?
- Algo así, pero más discreto y mucho menos sucio.
- Tenéis algo preparado, ¿algo de origen biológico?
- Se podría decir que si pero aun no tenemos la pieza inicial.
- ¿Te refieres a él? ¿Vais a traerlo de nuevo?
- Sí siempre que mantengáis encerrado al padre y no permitáis que ninguno de los vuestros se salga del camino trazado y se interponga en nuestros planes.
- Tranquilo, el padre esta donde no sabrá nada y en cuanto a nuestra gente, la mayoría estaría de acuerdo y de la minoría restante me encargo yo.
Ambos echan un sorbo al café aun caliente y encienden un cigarro. Varios segundos después una camarera de mediana edad y ojeras de no tener una vida agradable les pide que apaguen el cigarro ya que por ley se prohíbe fumar en recintos cerrados. Estos mirándola de arriba abajo le dicen algo.
- Claro señorita, esto mata sabe...y en estos días extraños hay que mantenerse sano y en forma ¿verdad?
La mujer contrariada se aleja con la sensación de que los tipos raros de la mesa trece no son buenos.

Volviéndose de nuevo el uno para el otro vuelven a retomar la conversación.
- Entonces Azarel ¿Estáis dispuestos a traerlo de nuevo entre nosotros? ¿Tenéis ya los trece sellos?
- Tenemos nueve localizados y tres en camino pero se nos resiste uno en particular, una petición precisa del primero. Quizás podríais ayudarnos.
- Tú dirás como podríamos hacerlo.
Sacando una foto del maletín negro, el hombre de blanco que responde al nombre de Azarel la desliza suavemente boca arriba por la mesa pasándosela a su acompañante. Éste la mira por encima reconociendo al individuo de la misma.
- Para que lo quieres a él, no es uno de nuestros hombres importantes, solo hace pequeñas misiones de rigor, nunca le hemos dado nada lo suficientemente importante para que os interese.
- Estas muy equivocado, nos interesa porque él será capaz de sacar a la luz el décimo tercer sello, el hará que la sangre derramada venga a nosotros, por eso y por motivos que no vienen al caso es importante para nosotros.
- Esta bien pondré a Connor a trabajar si es lo que queréis pero no sé de qué os puede servir, él es de rango menor.
- No es su rango lo que nos interesa. Aparte…

Sacando una nueva foto que desliza nuevamente por encima de la mesa le enseña esta vez la foto de una chica morena de pelo desigual y ojos carmesí.
- Y a ella quiero que la mantengas al margen de todo, no quiero que husmee ni asome sus insidiosas narices por aquí, ya nos ha hundido en demasiadas ocasiones.
- Ella no será ningún problema, yo me encargo de controlarla.
- No te equivoques con ella, es muy vieja y por nuestra experiencia si algo hemos aprendido es que es incontrolable.
- No será un problema te lo aseguro viejo amigo.
- Que así sea…cuando el primero este entre nosotros soltaremos nuestra plaga y una nueva purga caerá sobre los desdichados monos.
Azarel se levanta para irse no sin antes estrechar la mano de su acompañante en el café de chinitas.
- Nos vemos Miguel.
- Espero que no Azarel, espero que no.
Ambos se levantan y abandonan el café, cada uno toma un camino distinto.

memorias de un angel epilogo






El cielo estaba cubierto por unas horribles nubes negras que amenazaban con echarse a llorar de un momento a otro. La temperatura era gélida como gélido estaba el cuerpo inánime de Viola Sforza cuando lo bajaron del techo del granero de su nodriza. La encontró el esposo de esta en la tarde del nueve de octubre de 1408, su padre pago y rogo, incluso cuentan que llego a suplicar al propio papa de Roma para que el cuerpo de su desafortunada hija recibiera santa sepultura, pero los Sforza habían perdido todo su poder y que el santo pontífice perteneciera a uno de los clanes nobles de Milán con los que se habían enemistado y que a la postre les costó el exilio a Florencia no ayudo en absoluto.
Así pues en aquella tarde gris y fría con aquel cielo encapotado y amenazador el cuerpo de mi amada Viola fue enterrado fuera del camposanto de Florencia, lejos del mausoleo de los Sforza-incluso se había puesto un centinela frente a este por temor a que la familia deshinumase el cadáver para llevarlo al panteón Sforza-, allí en aquella tarde que quería llorar por la muerte tan prematura como terrible de una niña, porque al fin y al cabo eso es lo que era una niña que había dejado de vivir muy pronto, la pena se la había llevado cual parca a una profunda y angustiosa soledad de la que no supo reponerse y yo, allí impávido, impotente sin poder hacer nada salvo asistir a tan nefastas imágenes a tanto dolor reunido en un solo pecho, mi pecho y sin poder tan siquiera verter una lagrima, en aquellos momento de existencia etérea ni siquiera podía llorar por la mujer que amaba y que se había quitado la vida por mi culpa, por mi estúpida y absurda muerte.
La muerte a veces es increíblemente retorcida y cruel, el día en que enterraron a Viola, el diez de octubre de 1408 era el día en el que ambos nos íbamos a desposar en secreto en la ermita del bosque, a pesar de que jamás vi el vestido con el que se iba a convertir en mi esposa, soñé tantas veces con ella ataviada con el que sabia hasta el más mínimo detalle de cómo era, pero como todo era secreto ni pudieron enterrarla con él.
Todos se fueron y el cielo clamo de dolor y entonces empezó a llorar, el agua caía muy fina y apenas si mojaba el suelo pero por primera vez desde mi muerte tuve constancia física de lago de lo que me rodeaba, empecé a oler la hierba mojada y sobre todo empecé a sentir cada gota que caía, es como si el cielo quisiese ayudarme a llorar ya que sentí las gotas de lluvia rodar por mi mejilla. Todos se habían ido y pode arrodillarme sobre el montículo que señalaba que allí estaba su cuerpo , solo un montículo para decir que allí yacía una maravillosa persona a la que ame y amo más que a mi vida.


La tarde empieza a caer sobre Florencia, es diez de octubre del año 2010, una persona se arrodilla suavemente sobre una pequeña pero hermosa cruz de piedra.
La persona habla con tono suave casi inaudible, pero esta sola le habla al viento o a si mismo ya que nadie más escuchas sus palabras, la brisa que sopla mueve suavemente su pelo cuando su mano derecha deja sobre el pequeño promontorio una rosa roja.
- Siento no haber venido antes amor mío, sé que debí hacerlo hace mucho y que debí hacer esto, era lo mínimo que merecias por todo lo que te hice, por todo por lo que pasaste por mi culpa, por mi ausencia.
Sé que no fui el hombre que merecías, sé que no supe protegerte y que te deje sola cuando me necesitabas, además merecías un entierro digno y una lapida que le recordara a las historia quien fuiste, que dijera que fuiste una bella persona, hermosa, fuerte. Pero deje que esto pasara, deje que estuvieras sola que te dejaran sola sin una huella de tu paso por el mundo.
Sé que me viste y sé que no pude llorar, sé que no pude llorar en tu entierro a pesar de cuanto quería llorar de cuanto apreté los puños hasta hacerlos sangrar, a pesar de que mordí mi labio con saña para causarme tanto dolor que mis lagrimas brotasen per amor, no sentía nada..ni dolor ni frío ni hambre…solo un gran y enorme vacío, me faltabas tu, siempre me faltaste tu amor, cada año que pase sin ti fue un infierno del que no sabía escapar pero ¿Sabes que Viola?, esta vez no escapare, esta vez dejare que el infierno venga a mí, y si no viene yo lo llevare hasta su puerta amor, esta vez no te voy a fallar, no te voy a perder de nuevo, esta vez estaré aquí y luchare y si no te arranco de las fauces del diablo me quedare en el infierno contigo para siempre, o salgo de allí contigo o me quedo a tu lado pero nunca más te dejare sola.

Acto seguido besa la cruz, se levanta y se gira para emprender camino a su espalda una cruz reza la siguiente leyenda:
“Lady Viola Fiona Sforza, nació 13-7-1393 falleció 10-10-1408, nació 13-5-1983. Cuando caigas siempre tendrás mi mano”.

A lo lejos un hombre espigado de gran porte y un traje blanco de lino habla por un movíl mientras observa a Connor como se aleja de la cruz.
- Ha estado aquí, tal como dijo que haría pero no ha traído el cuerpo, sol ha hecho colocar una cruz en el promontorio.

miércoles, 24 de agosto de 2011

memorias de un angel cap.54



Solo tenia trece años aquella tarde, era muy fría y yo como siempre a mi edad andaba trabajando, mi padre queria que fuera un hombre de provecho y aunque aun no tenia la maestria de mi padre ya sabia tallar la piedra con cierta maestria, me sentía afortunado cuando mi padre acariciaba mi nuca en señal de aprobación por el trabajo bien hecho, aquella tarde me había quedado solo en el taller, tenia que cerrarlo yo, no era lo usual pero mi padre se había sentido indispuesto y mi hermano aun no habia salido del trabajo, tarabajaba a las ordenes de Maese Brunelleschi en las obras del duomo de nuestra señora de las flores, toda la familia nos sentiamos muy orgullosos de que el señor Brunelleschi lo hubiera acogido en su taller.
Sobre las seis y media de la tarde, en el ocaso del sol me hallaba cerrando la puerta del taller, los demás picapedreros hacia más de veinte minutos que se habían marchado-en ausencia de mi padre y con mi beneplacito se iban algo antes de su hora-. 
La tarde ya oscura era fría y nevada, apenas cerré cuando no había recorrido ni quince metros dos individuos empezaron a seguirme, iban embozados y con sombrero de ala ancha, de manera que reconocerles era una tarea imposible, enseguida vi que sus intenciones para conmigo no eran buenas así que acelere mi paso esperando llegar a casa a la carrera si era necesario pero antes de girar la esquina un puño delante de mi saliendo de la esquina me derribo y di con mis huesos en el suelo amortiguado el golpe por la gran capa de nieve. Sin apenas poder reaccionar los golpes y puntapies me llegaban de todas las direcciones, apenas los oía, solo sé que querian que les diera mi oro..yo apenas podia gritarles que no llevaba nada, que mi padre hacia meses que no cobraba los trabajos, pero despues de decirlo los golpes arreciaron aun más hasta que de pronto una sombra se abatió sobre ellos y levantandolos los saco de encima de mí, lo siguiente que vi fue a este individuo golpeandolos y en un momento dado amenazarlos con una daga que reconoci rapidamente ya que llevaba el simbolo de mi familia.
- Siempre estas por los suelos hermanito.
- Y tu siempre estas cuando más te necesito.
- Para eso soy tu hermano mayor, siempre estaré para protegerte Pietro.

Siglos despues la acción vuelve a las catacumbas donde paradojicamente Connor se ha vuelto a encontrar a su hermano.
- ¿Cómo puedes ser tu Giacommo?.
- Dejemos los secretos para más tarde, cada familia tiene sus misterios. ¿No?.
- ¿Cómo puedes ser tú. Porque tú, es una forma cruel y retorcida de seguir haciendome daño, acaso no he sufrido ya bastante hermano?.
- Nunca se sufre lo suficiente Pietro, el dolor y el sufrimiento esta muy infravalorado en nuestros dias. ¿No crees?.
- Hablas como el engendro en el que te has convertido.
- Si bueno son los efectos secundarios de la inmortalidad, pero hablemos de cosas serias si te parece. Obviamente quiero que reines a mi lado hermano, el mundo es muy grande y el papeleo podría llegar a abrumarme, ¿Que me dices, quieres compartir el mundo conmigo, tendrás barra libre?. 
- Lo unico que quiero de ti es saber ¿Si has sido el que ha matado a Verónica?.
- ¿Con Verónica te refieres a la rencarnación de Viola?. No, vaya directamente no, la desangraron por mi, en mi honor y eso. No sé si eso te va consolar pero gracias a su sacrifico yo estoy aquí de nuevo. Mira el lado positivo a ayudado a que la familia se reencuentre. Siempre dije que era una buena chica para ti.
- Eso es lo único que necesitaba saber. Tu no eres mi hermano, mi hermano murió hace siglos, seas lo que seas dejaste de ser mi hermano hace mucho.
- Vaya te vas a poner a refunfuñar por peqeuños detalles, soy tu hermano lo creas o no y deberias sentirte agradecido, porque yo he permitido que volvieras a verla así que si te la he quitado es mi voluntad, deberias demostrar algo de agradecimiento. ¿Acaso crees que fue el cielo el que te puso en Milán a buscar a su hermano?. Todo es cosa mía, tanto el cielo como el infierno querian esta guerra y hace años que trabajamos mano a mano para llegar hasta el día de hoy, tras esta guerra se purgara el mundo y solo los aptos serán los que sobrevivan, que quieres que te diga Viola era la llave de mi cerrojo, bueno ella y otros doce, pero ella era la ultima y debía morir, siento que tuviera que ser ella pero…
Sin dejarlo terminar Connor se abalanza como una bestia desbocada hacía su hermano para estrellarse con un muro invicible que protege al primero.
- ¡Joder!, no pensarias en serio que te iba a ser tan fácil golpear al diablo. No tienes el poder ni la convicción suficiente para acercarte a mi.
- Si hay algo que no me falta es convicción hermano, creeme que lo que más quiero es acabar con tu miserable existencia, y no cejare hasta verte morir arrodillado ante mi.
- Es una lastima Pietro, de veras que tienes potencial para ser mi segundo y además mirate a un espejo, hasta pareces un demonio.
Un siseo metalico corta el aire como le zumbido de una abeja, instintivamente Connor gira levemente el cuerpo extendiendo su brazo derecho para coger al vuelo una espada de guardamanos y hoja ricamente labrados.
- Pietro esta espada es la única que puede matar al primero, acaba con el.
Pietro mira fijamente a una Caín que dobla nuevamente sus rodillas para caer muerta al suelo.
- Cain, gracias.
- ¿Eso que mis ojos ven hermano es la espada de Miguel?. No puedo creer que ese necio se haya dejado robar la espada. Igualemente no te servira para derribar el muro así que ahorrate el…
Nuevamente la voz del primero se ve cortada por el estruendo que provoca al impactar la espada de Miguel lanzada por Connor contra el muro protector, ésta queda clavada abriendo una pequeña grieta en la defensa eterea de Giacommo.
- No puede ser, ¿Cómo puede ser que hayas conseguido romper mis defensas tan solo con tu fuerza.
- Cosas que pasan hermano, las estadísticas están para romperlas.
Connor se acerca y saca la espada clavada y la empuña para golpear el muro nuevamente con una violencia más propia de un demonio que se un arcángel, en esta ocasión no logra mellarla.
- Dejalo ya, no seas absurdo no podrás volver agrietarla.
Connor suelta la espada clavandola en el suelo metiendo los dedos de ambas manos en el orifico de las defensas y comienza abrir el agujero.
- No seas insensato acaso piensas que con tu fuerza bruta conseguira abrir mis defensas.
Connor aprieta los dientes y sus ojos rojos se encienden como llamas de fuego encarnado, sus brazos se hinchan por la tensión y el esfuerzo dejando ver unas enormes venas-negras en su rojizo brazo derecho- un grito se escapa de su boca como un aullido en la oscuridad, fuera todos lo escuchan y se estremecen.
De pronto la sonrisa dibujada en el rostro de Giacommo se esfuma cuando con incredulidad y un ápice de terror ve como la grieta comienza a dilatarse ante su negra mirada.
- Esto no puede ser, eres un arcángel, tus manos deberian arder en llamas al contacto con mis defensas, es inaudito que puedas siquiera tocarlas aun más que puedas abrirlas.
- Quizas ya no soy un arcángel hermano, quizás nos parezcamos más de lo que piensas.
- No puede ser, eres un insecto ¿Como puedes ni tan siquiera osar levantar tu patetica mano contra mi existencia que niega toda luz al mundo?.
- Tu mataste a la mujer que amaba, tu amenazas con destruir el mundo que tanto amo, y osas ponerte la cara de mi amado hermano, no solo levantare mi mano hacia ti, sino que cerrare el puño para reventar tu maldita boca.
- Recuerda que esto no es más que el principio. Tan solo acabamos de cruzar nuestros destinos, esto solo acaba de empezar.
- Y no dudes que yo lo terminare hermano.
- Antes de irme solo decirte que su alma esta conmigo y la postrare a mi derecha, no la dejare ir al cielo.
- Entonces bajare al infierno y echare abajo la puerta de tu maldita casa para reclamarla como mia y acabaré con esa oscura existencia de la que tanto te jactas.
- Que así sea.
Sin mediar una sola palabra más y segundos antes de que Connor consiga abrir la barrera destrozandola en mil fragmentos vidriosos que se volatilizan antes de tocar el suelo Giacommo desparece dejando tras de si una nebulosa de humo negro. Todo ha acabado.

Connor exhausto y herido coge la espada y recoge a Caín hechandola en su espalda y con sus brazos dulcemente coge el cuerpo sin vida de Verónica. Se pierde en la espesa negrura de los laberinticos pasillos de las catacumbas.
Apenas un rato despues la silueta de Connor cargando a las dos chicas se deja ver por la entrada por la que todos entraron pero no todos salieron. Ricky, Lirón y Nico se le acercan para ayudarle con las chicas, Nico coge a Caín pero no deja que nadie coga a Vero.
- Lirón, ¿Recuerdas aquello que te dije del bazuka?.
- Si ya sé que no puedo usarlo.
- Al contrario quiero que lo cogas y vueles esa maldita tumba, no dejes nada en pie.
Lirón si decir nada coge el bazuka y lo carga con un proyectil, desplegando un visor apunta a la entrada de las catacumbas y aprieta el percutor una rafaga de humo sale disparada impactando contra la entrada, las llamaradas a la espalda de Connor buscan el cielo ya rojizo por el atardecer como queriendo abrasarlo y consumirlo.
Nadie es capaz de hablar Connor se va andando con el cuerpo de su amada, nadie se atreve a decirle nada, ya no es el mismo, la oscuridad se ha apoderado de su alma, esta más cerca de ser un demonio que del ángel que fue..nadie sabe a ciencia cierta en que se ha convertido, pero de una cosa están todos de acuerdo, da miedo.
Ninguno sabía que cuando esa tarde Connor se alejo pasaria mucho tiempo hasta que volvieran a verlo.
- Bueno esta claro que no podemos contar con Connor de momento, que vamos a hacer, el fin del mundo a comenzado.
- Yo voy a volver a casa, y abrire de nuevo el Ricky`s, a saber cuanta gente me hecha de menos y tu Lirón deberias volver conmigo, sabes que tu banco siempre estara allí esperandote.
- Se me hace dificil volver denuevo a la rutina de siempre, pero si invitas por mi vale. ¿Y tu Nico que haras?.
- Yo voy a buscar a Álvaro, este donde este lo encontrare, no voy a dejar de buscarlo, es mi amigo.
- Yo me ocupare de Zoe y Getsü-aclara Sonja- tenemos que prepararnos para la guerra, agruparemos a todos los arcángeles y nos prepararemos.
- Sonja si hacemos falta solo dilo.
- Gracias Ricky, ten por seguro que os llamaremos, mentiria si dijese que solo con los arcángeles ganaremos la guerra, pero me temo que todos los humanos tendran que posicionarse y decidir de que lado están, ya que es su mundo el que esta en juego, esta vez tendréis que defenderlo.
- Hablas con un irlandes y un ingles loco, si hay algo que nos gusta es defender lo nuestro ¿Verdad Lirón?.
- Y tanto Ricky y tanto.
Todos se despidieron y cada cual volvio a su vida de la mejor manera que pudo, sabiendo que todo había cambiado y que ya nada sería igual, jamas podrian volver a sus vidas, no realmente.


FIN

memorias de un angel cap.53




Al final del túnel Lirón y Nico ven la luz por fin están fuera, allí se reencuentran con el resto de la expedición, la suerte ha sido muy repartida. Sonia con apenas heridas cuida a un malherido y casi muerto Getsü, que tal vez podrá vivir para seguir luchando. Fuera de la furgo Ricky trata de calmar a una descompuesta y ensangrentada Zoe que delira con lobos, ojos rojos y se aferra fuertemente a un rosario blanco de madera que Lirón y Niko reconocen rápidamente.
- ¿Qué ha pasado Zoe, porque llevas el rosario de Álvaro?.
- No lo sé, solo me dijo que no me lo quitara, que jamás me lo quitara y que lo recordara como era…no sé que quiso decir, ¿Porque he de recordarlo como era, porque se ha ido..?.
Zoe aun confusa y con fiebre no dejaba de gritar lo mismo una y otra vez sin soltar el rosario que rodeaba su cuello.
- Es mejor que la dejéis chicos, no está en condiciones de hablar.
- Sí eso parece Ricky, pero solo quiero saber que le ha pasado a Álvaro, es mi compañero.
- Lo sé Niko pero no vas a sacarle nada en claro.
Lirón se acerca a Sonia que sigue cuidando del malherido Getsü dentro de la furgo.
- ¿Cómo estáis vosotros dos?.
- Yo bien pero él esta grave.
- De peores cosas he salido jefa.
- No hables Getsü, solo descansa.
- ¿Qué sabéis de Caín y de Jisaîi?.
- Caín aun no ha salido Lirón…Jisaîi ha caído.
- ¿..Y Connor, Vero y Cesar?.
- Por lo poco que he entendido de los delirios de Zoe..Creo que Cesar ha muerto, aunque ella no parece darle importancia..Está obsesionada con lo que le ha pasado con Álvaro. Connor no ha salido y Vero no lo sé pero si has escuchado como yo el alarido de Connor…no creo que Vero este bien.
- Entiendo.
Lirón se vuelve y se dirige hacia el coche de Connor, al lado aun los restos del Balrog degollado por Connor. Abre el maletero y coge dos ametralladoras de grandes dimensiones y las carga con dos tiras de proyectiles.
- ¿A dónde crees que vas Lirón?.
- A donde crees Niko, a ayudarlos, Connor y Caín no se salvaran solos, no los voy a dejar tirados.
- No iras a ningún lado, nos plegamos al plan…si salen vivos los esperaremos aquí, eso acordamos y nadie se saldrá de lo trazado.
- ¿También vamos a dejar a Losada perdido ahí dentro?.
- Nadie más que yo quiere entrar y arrastrar a Losada hasta aquí fuera pero los planes están para seguirlos, lo son todo en la táctica.
- De qué coño de táctica me hablas esto no es un partido de futbol..No vamos con un 4-3-3…esto es una puta matanza demoniaca y no dejare a mis amigos solos en el matadero.
- Te entiendo, pero no te dejare entrar,
- ¿Me vas a hacer darte dos hostias enclenque de los cojones?.
- Sabes que si me fuerzas Lirón puedo hacerte desistir por la fuerza.
- Hablas con un hooligan de pura cepa..No ha nacido quien me tumbe a hostias.
De repente dejando a un lado a Getsü Sonia se levanta y se cruza entre los amigos con una posición de mando difícilmente discutible.
- Se acabo para los dos, dejar vuestra absurda demostración de gallos de corral, ninguno tiene el espolón más grande, si aquí manda alguien soy yo y nadie más va a entrar ahí dentro. Esto no es futbol Lirón pero es una guerra y en las guerras existen mandos y jerarquías y una cosa llamada táctica, y se respeta, si respetas a tus amigos te quedaras aquí y esperaras a que vuelvan vivos, quien entro sabía a que se enfrentaba. Punto.
- Por mi está bien.
- Por mi también Lirón.
Ambos se alejan sin mirarse mucho, Lirón aun así no suelta las ametralladoras.


Apenas una hora antes, en el interior de las catacumbas Caín libra una batalla que no le es extraña pero nunca estuvo tan sola,nunca tan expuesta pero tampoco antes había empuñado la espada de Miguel, la espada por la que cualquier demonio tiembla tan solo con oír su nombre.
La pelea se desarrolla de manera trepidante, a una gran velocidad, se mueven con una elegancia impropia de una contienda mortal. Caín asesta un tajo tras otro provocando pequeños pero profundos cortes en la dura piel de pantera de Zellman que a su vez se mueve prodigiosamente rápido para el tamaño de la bestia, ambas sangran copiosamente aunque la sangre es más evidente en el pequeño cuerpo de Caín cuyos movimientos empiezan a ser más torpes y lentos. Por primera vez en siglos siente el dolor y el sabor de la sangre en el paladar, lejos de asustarla, se motiva y la hace golpear más y más fuerte, sus movimientos son más lentos pero sus golpes más directos, más poderosos..Zellman también comienza a flaquear.
- ¿Esto es todo lo que puede ofrecer un juez del infierno Zellman?.
- Aun no has visto nada.
Sin mediar ni media palabra más Zellman abre sus enormes fauces y escupe de ellas una enorme bola de fuego verde a una pasmosa velocidad, Caín apenas tiene tiempo de bloquear con su espada en alto, los residuos le queman los brazos y parte de su rostro.
- Eso te pasa por hablar Caín, creo que jamás podrás presentarte a un certamen de belleza.
- Piensas que me importa algo tan superficial como mi rostro en medio de una guerra que amenaza con destruir la creación más hermosa de mi padre.
- ¿A qué te refieres a la cerveza o estos micos sin pelo a los que llamáis humanos?.
- ahorrate saliva Zellman hay que poner punto final a esto.
- Por una vez estamos de acuerdo.
Dejan de hablar y en el aire vuelven a encontrarse garras con espada, el contacto de ambas genera unas chirriantes y espectaculares chispas de un color azul electrico.
A lo lejos aparece en escena un nuevo personaje que rápidamente despliega su espada y se lanza a la contienda cogiendo a ambas contendientes con las defensas bajas. Utilizando este factor sorpresa atraviesa el pecho de la pantera y con su mano izquierda apoyada en el pecho de su rival lanza un conjuro que lanza a Zellman pese a su tamaño unos veinte metros hasta dar con sus enormes huesos contra la pared de la cámara.
- ¿Sonia, que haces aquí?.
- No es obvio, salvarte el culo hermana.
- No necesito tu ayuda.
Pero él sí.
Caín señala a una pared del fondo donde Getsü esta clavado, pálido e inánime.
- ¿Está vivo?. 
- Yo aun siento su energía así que aun vive, sácalo y curalo, si hay alguien con el suficiente conociemiento en magia reparadora eres tu. No podemos permitirnos perderle, cada vez somos menos.
- Estas segura que quieres que te deje sola, puedo dejarlo afuera y volver.
- Ese no es el plan y lo sabes, cada uno tiene su objetivo y el tuyo ahora es salvar su vida. Ciñamonos a los planes, el que sale no vuelve a buscar a nadie, cada uno saldremos por nuestro pie o no saldremos. Respeta mi desición y sigue con lo acordado. 
- Así lo haré hermana, pero no tardes.
- No lo haré ya sabes cuanto me gusta jugar con los gatos, pero la hora de jugar se esta acabando.
Sonia desclaba a Getsü de la pared y cargándolo como puede -a duras penas- lo saca de allí.
Mientras Caín mira como ambos se van perdiendo en la oscuridad de la galeria. De manera descuidada y poco acertada Caín baja la guardia, siendo sorprendida por una recuperada Zellman que destroza su torso de un violento zarpazo.
Caín sin perder la compostura ni el equilibrio sujeta con su mano izquierda su vientre evitando que este se desparrame, la herida es dolorosamente mortal.
La árcangel temblorosa y vomitando increibles bocanadas de sangre se yergue firme y grita a su enemigo.
- Si crees que esto ha acabado zorra estas muy equivocada.
- Venga Caín has caido. ¿Que vas a hacer ahogarme en tu sangre y estrangularme con tus tripas?.
Caín cierra sus ojos y concentra toda su energia en su brazo derecho dejando lo minimo para poder lanzar un ultimo ataque y concentrando toda la demas en su brazo. Si aun puede lanzar un ultimo ataque este debera ser mortal. Mientras Zellman corre abalanzandose sobre una Caín aun inmobil, con la cabeza gacha y los ojos cerrados, cuando la pantera llega a su altura y suelta un nuevo zarpazo, Caín abre los ojos y el tiempo parece detenerse ante ella, la ve, la observa como si flotara hacía ella en cámara lenta, ve como su zarpa se cierne sobre ella a la altura de su cara, los ojos de Caín brillan de un color violeta intenso, la espada de Miguel en su mano derecha parece encenderse en llamas, parece estar de un rojo candente, entonces cuando esas centesimas de segundo que le dejan ver a su rival a camara lenta se esfuman Caín levanta el brazo y la espada atraviesa el cuello de Zellman de lado a lado, esta queda inmobil y retrocede como puede escupiedo sangre, su cuerpo mengua volviendo a su forma humana, su cuertpo desnudo y bañado en sangre se aleja sin mediar palabra alguna , tan solo vomita sangre.
Tras esto Caín cae de rodillas apoyada unicamente en la espada que no la deja caer.
- Aun no puedo morir, he de llevarle la espada a Connor, si el primero renace esta espada es nuestra ultima esperanza.

lunes, 15 de agosto de 2011

memorias de un angel cap.52



Podría haberse tratado de una noche cualquiera pero no era un noche sin más, en la Florencia del siglo XV había lugares que la gente de cierta reputación no frecuentaba, y había otros en cambio que solo eran frecuentados por lo más infame de la sociedad, los que no eran bienvenidos en los peores tugurios, esos eran los que iban a dichos locales clandestinos, fuera del marguen de cualquier ley del hombre y del cielo. Y en uno de esos tugurios de malnacidos, asesinos, violadores y demás lastres de la sociedad se encontraba Giacommo en el decimoquinto día del tras el entierro de su hermano Pietro; bebiéndose cada moneda de oro y plata que había ganado en los dos últimos años de trabajo en las obras del duomo, bebía absenta sin parar y fumaba cantidades inconmensurables de opio, fornicaba con toda prostituta o mujer de mala reputación que se echaba en sus brazos, a saber cuántas enfermedades había contraído ya, se rumoreaba que la puta más limpia de Florencia se sacudía las ladillas en las letrinas del peor barrio de Florencia, la sífilis, la gonorrea y la claividia campaban a sus anchas por todas las esquinas donde se vendían los cuerpos escuálidos y desfigurados de lo que antaño fueron mujeres-sombras hoy de ellas mismas-. Giacommo no era un mal hermano y jamás había sido un mal hijo, era el primogénito y en él había recaído la labor de aprender el arte de la arquitectura bajo la tutela de Maese Brunelleschi, él elevaría el buen apellido de la familia por encima de lo que su padre-un magnifico picapedrero-había conseguido jamás. 
Pero la pronta y desgraciada muerte de su hermano Pietro había trastocado sus planes y su vida, el peso de la culpa era demasiado grande para él a pesar de que su fenecido hermano jamás lo habría culpado, fue un accidente horrible pero un accidente al fin y al cabo, cuantas veces se lo había repetido su padre que no podía permitirse el lujo de perder un segundo hijo. Pero las palabras eran vanas a sus oídos, el sabía que si su hermano no hubiera ido a llevarle la comida-debido a sus caprichos ya que en las alturas había cocineros que daban de comer a diario a los trabajadores- nunca habría muerto y en estas fechas ya se habría desposado-era un secreto a voces- con la hija menor de los Sforza, esa boda los habría encunado con la nobleza milanesa. La muerte de Pietro para él había sido su gran pecado, su fallo y su culpa, y jamás hiciese lo que hiciese podría volver a sentirse vivo, no habría redención para él, de ahí que no le afectase matarse minuto a minuto en cada decisión suicida que tomaba a pesar de arrastrar con ellas también la salud de su madre y acabar con la de su padre...el pobre hombre pese a su edad y su enfremedad se perdía en los suburbios más bajos y peligrosos en busca de su unico hijo vivo.
Aquella noche iba a ser especial por varios motivos, Giacommo ebrio como era común en las últimas noches a esas horas jugaba a las cartas en una de esas tascas inmundas que tanto se había acostumbrado a frecuentar, perdía dinero de manera escandalosa-como era común-, tras perderlo todo y jugarse lo que no tenia fue apaleado y pisoteado por un enjambre de maleantes, delincuentes y escoria varia, se defendió como pudo desde su metro ochenta, es más incluso asesto varios golpes bien acertados pero todo se nublo cuando una navaja de dimensiones considerables perforó su costado izquierdo a través de los muchos brazos y cuerpos que lo rodeaban, no lo vio venir, no supo quien fue el cobarde, solo sintió una calor enorme y una punción que apenas lo dejaba respirar, en la puerta trasera del local lo dejaron tirado, desangrándose, tratando de arrastrarse sin saber hacia adonde, aunque lo cierto es que el dolor le había hecho recuperar la cordura, al menos no moriría con la cabeza nublada por el alcohol y el opio pensó feliz para sus adentros.
Solo pensaba mientras se arrastraba hacia su inexorable destino que quizás si no había corrompido demasiado su alma-ya era tarde para eso-podría volver a ver a su hermano y pedirle perdón. Tras un esfuerzo titánico consiguió levantarse y no solo eso sino que juntando un paso con otro comenzó a andar, pese al dolor, la falta de sangre y la obvia septicemia que padecía se había erguido y andaba, tal vez consiguiera llegar a su casa y morir en su cama.
Pero jamás llegaría, en su camino encontró el cuerpo frío y sin vida de un anciano, tras segundos sin reconocerlo el pavor encendió aun más su febril y moribundo cuerpo, era su padre que había sido asesinado por un sucio ratero por apenas unas monedas de plata, de rodillas comenzó a llorar y a gritar-ahora no sentía el dolor lacerante que le robaba el aire, el dolor por tener en sus brazos a su padre nublaba lo demás-, nadie lo escuchaba, nadie lo iba a escuchar, en ese barrio nadie jamás oía nada ni veían nada. A su espalda una voz susurro a su oído, Giacommo se giro suavemente lo mejor que pudo debido a su lamentable y terminal estado para ver a una figura oscura, no muy alta pero si muy delgada, casi esquelética de facciones muy marcadas, era un hombre de unos setenta años, de vestimentas caras con un gran sombrero y una mirada fría que surgía tras una nariz afilada, el personaje hablo.
- No puedo hacer nada por ti hijo, pero podría hacer mejorar a tu padre si te place.
- ¿Puedes devolver la vida a los muertos?.
- Dependiendo de lo que se me pague muchacho puedo hacer muchas cosas.
- Cual es tu precio sucio usurero.
- No deberías ofender a quien te tiende una mano muchacho porque podría morderte.
Mientras decía esto último sus ojos se tornaron rojos y su rostro pareció transformarse en una mueca cadavérica, ese hombre podría ser muchas cosas pero no humano.
- ¿Cual es tu precio demonio?.
- Al grano, está bien…no quiero nada ahora, le daré la vida tu padre y tu morirás...para renacer y volver a vivir, te daré el don de la inmortalidad.
- ¿Dónde está la trampa diablo?.
- ¿La trampa dices?. No hay trampas simplemente tu alma será mía hasta el fin de los tiempos y llegara un día el cual la reclamaré para un fin mayor y deberás estar preparado, deberás estar donde se te diga, tan solo tendrás que aceptar.
- ¿Aceptar a quien o a qué?.
- Al padre tendrás que aceptar la voluntad de mi padre muchacho, el ya te está esperando y tu sin saberlo ya los esperas al, la oscuridad de tu alma ha sido como un reclamo para mi padre que ya ansía poseerte. El trato incluye que deberás alejarte de tu familia completamente, ya que yo soy tu nueva familia y tu alma deberá seguir el camino impuesto hasta ahora, deberás seguir corrompiéndola.
- ¿Pero mi padre vivirá si acepto las condiciones no?.
- Ya está vivo muchacho míralo bien y lo oirás respirar.
Giacommo se gira de nuevo sobre el cuerpo de su padre y confirma lo que el demonio le ha dicho, vuelve a respirar. Sin más y obedeciendo los dictámenes del demonio lo deja en el suelo y se aleja ya sin herida en el costado, sin sangre en el paladar. Su padre vive pero él ha muerto se aleja sin darse cuenta que junto a su padre yace su propio cuerpo muerto.
Cuando su padre despertó y descubrió el cuerpo inerte de su hijo su pesar y su dolor pudieron con él y dos días tras el entierro de su primogénito y diecisiete tras el entierro de su hijo menor, Paolo arrojo su cuerpo al vacio, dando sus huesos con el mismo mármol blanco que ya había visto morir a su hijo Pietro y que tanto había trabajado su hijo Giacommo.

viernes, 12 de agosto de 2011

memorias de un angel cap.51



Ricky acababa de irse, aun se escuchaban sus pasos a mi espalda. Ante mi la visión de la mujer que amaba crucificada en la pared, desangrándose. Podría parecer que pasaron horas hasta que la baje de allí, pero apenas si fueron segundos, aquellos instantes se congelaron en mi retina haciéndose eternos ante mi…los relojes se pararon , hasta mi pulso se paro…solo rogaba al dios que horas antes había traicionado que por favor continuara con vida, rogaba que cuando mis dedos se posaran sobre su cuello encontraran pulso, rogaba que cuando mi oído se posara sobre sus labios, de estos saliese un halito de vida...jamás en mi vida había rogado tanto, entonces note en mis dedos su pulso, era leve y casi inapreciable pero existía y en mi oído note un cálido resuello de vida axhalado de sus frios y palidos labios. Estaba viva, aun estaba con vida.
- ¿Cariño me oyes?, necesito que vuelvas conmigo, necesito que abras los ojos y me veas, estoy aquí a tu lado.
Poco a poco y con una enorme pesadez Verónica consiguió entreabrir sus verdosos ojos y miro a Connor con una calidez inusitada.
- Has venido Pietro.
- Claro que he venido, ¿acaso pensabas que te dejaría de nuevo amor?. Nunca.
- Estas magullado, ¿Qué te ha pasado?.
- No te preocupes ahora por eso, necesito que no hables, respira lentamente, te voy a sacar de aquí y te llevare a un hospital.
- Ya es tarde amor.
- No digas eso Viola, aun no es tarde, yo te sacare. No voy a dejar que te vayas.
- Pero ya me estoy yendo, no lo ves amor mío.
Las lagrimas empiezan a brotar de los ojos de Connor que empieza a ser consciente de la gravedad de las heridas de Vero, la pérdida de sangre junto con los traumatismos cercenan su vida con gran celeridad. Aunque se niega a aceptar tal cosa, en su interior sabe del inevitable acercamiento de la parca.
- No dejare que te vayas otra vez Viola, he tardado seis siglos en encontrarte, no puedo perderte otra vez.
- No me perderás Pietro, voy a seguir siempre cerca de ti, voy a cuidarte cada día para que no te metas en líos, siempre voy a estar a tu lado, ya nunca me separare de ti.
- No me vengas con esas, eso es lo que las madres les dicen a sus críos en su lecho de muerte en la fría cama de un hospital mientras un cáncer de páncreas acaba con ellas, eso no me sirve. No te voy a perder amor mío, me niego a perderte de nuevo.
- Amor mío ya me has encontrado dos veces, seguro volveremos a vernos, quizás te encuentre yo esta vez.

Una andanada de sangre surge de entre los labios de Vero y entrecorta su ya tenue voz, su luz se apaga, su voz apenas es ya audible y la desesperación de Connor va creciendo, en su rostro, en sus ojos puede apreciarse ya una mezcla de odio y desesperación.
- Debes dejarme ir amor, debes soltar mi mano, ya no soy aquella niña llorosa sobre el empedrado de Florencia, ya sanó mi rodilla y cosí los jirones de mi vestido. Me voy en paz amor, nunca me olvides, recuerdame como aquella noche en el prado de la casa de la ama, recuerdame siempre así con aquella mirada fija en ti, con aquella sonrisa mientras te escuchaba hablar.
- Nunca amor mío, a pesar de los siglos jamás deje de recordarte amor, siempre estuviste en mi, como lo estas ahora, aunque quisiera olvidarte no podría, ¿No ves que siempre vas conmigo, no ves amor mío que eres mi corazón?. Estarás conmigo hasta el fin...
- …Y más allá Pietro.
Su voz se apagó, la luz en sus ojos de torno tinieblas…su corazón dejo de latir y con él el de Connor. A las espaldas de este la sangre del suelo comenzaba a elevarse...de repente todo empezo a temblar y en el silencio el grito de dolor de Connor retumbo por todas y cada una de las galerias de aquella tumba robada a la piedra, todos pudieron oirlo y a todos se les helo el corazón porque supieron automaticamente lo que había pasado.
Connor arrodillado sobre el cuerpo inánime de Verónica empezó a golpear el suelo con los puños cerrados, estos empezaron a sangrar abundantemente, los hilos de sangre flotaban en la cámara…algo había cambiado en el interior de Connor, él estaba cambiando desde que su conversión en arcángel había dado un paso hacia la oscuridad y su corazón albergabas más y más sombras cada vez, la muerte de Verónica no hacía más que oscurecer su alma…de pronto una sombra se dejo ver a lo lejos de la habitación.
- ¿Quién diablos eres tú y que quieres?.
- Vaya veo que ya te has reunido con tu puta, no tardaras en acompañarla...por si no te has dado cuenta el primer caído ya está naciendo y pronto estará entre nos...ororgg…
La voz de la maltrecha juez del averno Zellman se corto de súbito, una espada atravesaba su garganta la cual había sido lanzada por un Connor cuyo poder estaba creciendo por minutos, ni tan siquiera tuvo que empuñar la espada para lanzarla al cuello de su presa, basto con su mirada, la alzo y dirigió con una enorme fuerza y precisión.
Acercándose a Zellman introdujo su mano en su pecho extrayendo de él su corazón.
- ¿Qué crees que estas haciendo?.
- No es obvio, me voy a comer tu corazón mientras ves como lo hago.
- Eres un ángel, los ángeles no hacéis esas cosas…
- Yo ya no soy un ángel, no sé que soy.
Tras decir esto muerde el corazón y mastica violentamente ante la pétrea mirada de una Zellman que termina por morir ahogada en su propia sangre.
Tras devorar el corazón del demonio Connor vuelve a hincar sus rodillas y grita de nuevo desesperadamente pero esta vez de dolor, sufre convulsiones y un sudor frio recorre su frente, comienza a sufrir unos dolores atroces, su brazo derecho se transforma en una amalgama de musculo de color carmesí y sus venas se tornan negras como si la oscuridad las recorriera, sus uñas se vuelven garras y la piel cambia de color, se hace rojiza llegando desde el brazo derecho hasta el cuello y parte de su pecho..Su masa muscular aumenta considerablemente, su pelo cambia de color hasta volverse de un color cobrizo y sus ojos se hacen grandes y negros como la noche con el iris de un rojo profundo como el fuego del infierno. Con su mutación aumenta sustancialmente su poder, tanto que por momentos tiene la sensación que va a explotar y sinceramente desea que así sea, desea poner fin a todo el dolor, a todo el sufrimiento de una vida larga y solitaria cargada de pena y dolor, un dolor solo sofocado por la luz de Verónica, se había encendido una vela en medio de la oscuridad y apenas consumida un décima parte …se apago sin más y de nuevo la oscuridad lo inundó todo…tal vez ni la muerte sea suficiente para mitigar el dolor, además ya murió una vez y el dolor nunca desapareció.
Ajeno a todo cuanto acontece a su alrededor mientras sufre los cambios y el dolor lo transforma en algo distinto los temblores se han detenido y la sangre del sacrifico que antes flotaba empezó a unirse formando poco a poco una figura humanoide que tras varios minutos acaba por componer una figura totalmente humana, oculta tras las sombras se dirige a Connor con una voz que es muy familiar para él.
- ¿Pietro eres tú?
La voz hiela el corazón de Connor que inexplicablemente la reconoce como si la hubiese escuchado ayer mismo pese a no haberla escuchado en los últimos seis siglos. Y jamás pensó volver a escucharla, no al menos en estas circunstancias.
- ¿Tú, no puedes ser tu?.
- ¿Por qué acaso crees que eres el único que ha sobrevivido al paso de los siglos, hermano?.
- ¿Giacommo, tu eres el primer caído, eres Lucifer?.