domingo, 2 de enero de 2011

Memorias de un ángel. capitulo vigésimo septimo



El silencio lo inunda todo, apenas si se escucha sonido de pasos subiendo las escaleras, uno tras otro retumban en el vacío del hueco de las escaleras. La luz de las enormes cristaleras baña todos los espacios, cuando la sombra que sube rauda llega al piso treinta y cinco, otra sombra grande lo espera en silencio, con los brazos cruzados.
El individuo de unos uno con ochenta metros de pelo corto-casi rasurado- rubio, de ojos grandes y oscuros, con un cahleco azul marino cerrado y una camisa blanca con las mangas remangadas cruje sus manos en señal de calentamiento como si de una contienda le esperase.
- ¿Sabes que hasta aquí has llegado verdad?.
- Si supieras cuantas veces me han dicho eso ni te molestarias en soltar esa raída parrafada.
- Veo que tu confianza te precede, borrare ese orgullo de tus ojos, arrancándolos.
- Por mi perfecto pero te dire que antes de subir me he metido un buen chute de mi estupefaciente preferido-entiéndase que se a chutado una pirula de sangre- y estoy a cien bicho.
- Tú si que eres un engendro mal facturado.
Sin mediar palabra el individuo se abalanza sobre Nico con un movimiento de increible destreza para su tamaño y peso, pero la agilidad vampira de Nico le permite esquivar sin demasidos problemas el fuerte puñetazo lanzado por el demonio.
- Eres demasiado lento para mi bicho.
Nuevamente el ser gira sobre su cuerpo a una velocidad muy superior a la anterior sorprendiendo a Nico que recibe un fuerte golpe del dorso del puño derecho de su rival, siendo lanzado unos metros contra el suelo.
- Parece que no soy tan lento ¿Verdad?. Eres un inútil y un maldito confiado, solo estaba probando tu velocidad, no la mía.
- Ha estado bien, me has engañado y me has sorprendido, pero no volverá a pasar.
Nico se limpia la sangre de la comisura de sus labios con su mano y la lame. Sin previo aviso se lanza contra el demonio-alargando sus uñas como garras-clavandole en el costado su mano derecha, rompiendo costillas y desgarrando órganos a su paso.
El individuo de ojos oscuros mira incrédulo su costado y con su mano izquierda aferra la derecha-aun en su interior-de Nico, con su mano derecha aprieta el cuello de Nico y lo alza en el aire. Nico sin poder hacer demasiado intenta impulsarse hacia atrás y aprovechando la inercia golpea una y otra vez con su rodilla derecha castigando a la bestia que sin inmutarse sigue estrangulando al Agente Gaia-Capone; sin previo aviso y sin señal alguna de que vaya acontecer algo favorable la mano izquierda de Nico aferra la muñeca derecha de su rival con tal presión que con un sonoro grito la arranca dejando el brazo mutilado, cayendo después al suelo casi asfixiado y mermado.
- ¡Jodete monstruo!.
El engendro se mira la muñeca y hace una muesca de asco pero sin denotar dolor alguno. Acto seguido se lleva su mano izquierda a la espalda sacando de la misma un látigo que extiende de un golpe seco con un sonoro chasquido.
Nico recuerda su semiautomática-la coge rápidamente de su cintura- y le descerraja un tiro en la cabeza, seguido de otros tantos que destrozan la testa del engendro, apenas si queda en pie media parte de la misma, con la mandibula y parte superior de la boca intacta- a pesar de semejante carnicería el ser vuelve a hablar.
- ¿Crees que esta mierda va a acabar conmigo?.
- La verdad es que contigo ya no me espero nada.
- Soy un guardian astado, mi rango no es el de un puto gregario, a mi no me matas con balas de paladio.
De repente y cortando toda conversación el guadian astado lanza un latigazo que abre varias brechas considerables en el pecho y brazo derecho de Nico.
- Eres un puto cobarde, así vas a pelear, ¿A distancia?.
- Y me lo dice el cabrón que le ha volado la cara a este cuerpo con una semiautomatica a cinco metros.
- Llevas razón, tirare mi arma y arreglaremos esto como caballeros.
Nico tira a un lado la semiautomatica y se quita la americana negra destrozada por el latigo, dejando entrever una camisa blanca manchada de sangre.
- Y una mierda, te voy a destrozar con mi látigo.
El demonio vuelve a lanzar su látigo pero esta vez un Nico muy prevenido coge el látigo y se lo enrrolla en el antebrazo, de un fuerte tirón del mismo consigue atraer hacia si mismo a su enemigo que no esperaba el movimiento de su rival. Cuando lo tiene enfrente salta y con las mismas garras que desarrolla a voluntad cercena el resto de cabeza que queda de su enemigo separandola totalmente del tronco.
- Se acabo bicho, game over.
La cabeza cercenada y en el suelo, con un solo ojo empieza a mover la boca en un acto intentar articular palabra.
-...Esto no se ha acabado aun....te he dicho que soy un guardián astado..pero no te he dicho cual es mi habilidad...
- Por dios muerete ya, ¿Que vas a hacer..desangrarte sobre mi hasta que me ahoge en tu sangre?. Despierta, soy un vampiro, la sangre es mi mundo.
-¡¡...arrrggg!!, no inutil...mi habilidad es entrar en un plano infernal y traer otro guardián astado a esta dimensión.
Sin hablar más, la mano izquierda del cuerpo descabezado del demonio atraviesa la pared como si de un espejo de fuego fuese, creando una abertura o vórtice del que sale un engendro rojizo de menos de uno setenta, de antebrazos enormes, mucho más desarrollados que las peirnas, parecido a un gorila-sin pelo- de grandes colmillos y poderosos cuernos, de su espalda a modo de joroba nace un pequeño fuego fatuo...se gira y mira a Nico con unos enormes y negros ojos almendrados .
- ¿Que mierda eres tú?.






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