martes, 19 de julio de 2011

memorias de un angel cap.42



El vehículo freno de repente a varias manzanas de la entrada Sur de las catacumbas Priscilla, no era la entrada común para los turistas, pero digamos que el turismo no era la misión. 
- Aquí nos bajamos chicos, tenemos que esperar a alguien.
- ¿A quién esperamos Caín?.
- A unos buenos amigos que se nos quieren unir Nico.
Mientras esperaban cada uno revisaba sus armas y repasaba mentalmente lo que iban a hacer, bueno todos menos Lirón y Ricky que destensaban el ambiente hablando del último partido del united.
Tras apenas esperar unos minutos dos motos que llegaban a toda velocidad frenaron con estruendo derrapando de la rueda trasera una y frenando con la rueda delantera-levantando la trasera más de un metro- la otra. De ellas se bajaron dos personas una mucho más grande que la otra, tanto en altura como en complexión. Cuando se sacaron los cascos se pudo ver que se trataba de dos chicos de unos veintitantos años, ambos morenos con el pelo despeinado el más pequeño y con el pelo rasurado el grandullón.
- Bueno chicos os presento a Jisaîi- el más bajito de pelo alborotado y con un pequeño tatuaje en su pómulo izquierdo-y a Getsü- el grande de pelo rasurado y mirada verdosa- son al igual que Caín y yo misma arcángeles, ellos y nosotras y ahora vosotros somos lo que se podría llamar la resistencia ya que somos los únicos entre el cielo y el infierno que quieren parar la carnicería que se producirá si el primero se alza de nuevo.
Tras quitarse los monos los chicos nuevos se acercaron a saludar a la vieja guardia, ambos ya venían armados y dejaron ver a los demás sus armas-las llevaban asidas a la espalda Getsü y a la cintura Jisaîi- Jisaîi llevaba dos pequeñas hoces afiladas con las hojas grabadas con pequeños defensas ante demonios. Getsü poseía un bastón de un metro y medio aproximadamente con cuchillas afiladas de veinte centímetros a ambos extremos, sobre la mitad del bastón con un pequeño giro del mismo las separaba a través de una cadena fina y resistente de más de dos metros; tanto el bastón como las cuchillas estaban ricamente grabadas con conjuros similares a los que tenia Jisaîi.
- Vaya demostración de poderío chicos y nosotros con espadas rudimentarias y machetes…está claro que donde hay nivel hay nivel.
- No te quejes Lirón vuestros aceros son del mismo paladio que las hojas de las cuchillas de Getsü o que las mías. Solo te hace falta el paladio y cojones para matar a esos engendros, los adornos son indiferentes, solo evitan que te puedan quitar el arma ya que si no pueden tocarla no pueden utilizarla contra ti, intentad que no os la quiten y punto.
- Eso estaría bien, no dejare que se acerquen tanto para eso tengo esta preciosidad-acariciando su recortada-que no dejara que se me acerquen.
- Tendrás que dejarlos antes o después porque para matarlos tendrás que meterte en el cuerpo a cuerpo.
- Bueno eso ya lo discutiremos luego jefa.
- No soy tu jefa.
- Lo que usted diga señorita Sonja.
Tras ellos escuchan unas fuertes y firmes pisadas que se les acercan por la espalda, antes de uqe puedan darse ni tan siquiera la vuelta el sigilo del extraño lo ha llevado a ponerse a la espalda de Ricky y Lirón. De pronto posa una de sus manos sobre el hombro derecho de Lirón y el izquierdo de Ricky quedando entre ambos a la par que un fuerte aroma a tabaco les invade.
- No puedo creer que me hayas jubilado tan pronto Lirón.
Lirón gira su cara suavemente reconociendo la voz de la persona que lo ha cercado con el brazo.
- No me lo puedo creer apestoso, tú fumando puros.
Sin intercambiar palabra alguna el extraño golpea con su puño en el rostro de Lirón y este, un tío de casi uno noventa y más de cien kilos cae estrepitosamente al suelo.
- Te dije Logan que te sacudiría si volvías a llamarme apestoso y sí me he recién aficionado a los puros, como diría Hannibal Smith, me gusta que los planes salgan bien. Por cierto yo también veía el equipo”A”, así que no vuelvas a decir que mi infancia fue triste.
Extendiéndole para que se levantara la misma mano que segundos antes le había golpeado Connor izó a su amigo y compañero del suelo.
- Bienvenido Pietro, ya estamos entonces todos.
- Sí pero antes de entrar venid al coche, os he traído algún que otro regalito.
Todos se aproximan a él y al abrir el maletero en él se encuentra un hombre calvo de gran envergadura y con la ceja y el labio inferior inflamados y con diversos hematomas y regueros de sangre varios.
- ¿Quién es él?.
- Es un Balrogs, uno de los que tienen apostados en todas las entradas a las catacumbas, bueno salvo en esta. Está ansioso por deciros el porqué no hay nadie en esta entrada. ¿Verdad?.

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