martes, 17 de agosto de 2010

Memorias de un ángel. capitulo décimo septimo

El coche conducido por el agente especial Nicolas Gaia Capone surcaba las calles oscuras de los barrios menos transitados de Milán a tal velocidad que parecia deslizarse por el asfalto como un barco sobre el mar. El ambiente dentro del coche era extraño. En el asiento de atrás se hallaban las hermanas del chico desaparecido del caso en el que estaba trabajando, no entendía la situación ni lo que había pasado, pero una de las chicas, la más joven se estaba desangrando en el asiento de atrás, podía oler la sangre caliente que manaba de su cadera, podia sentir su corazón bombeando con gran celeridad, su tensión se habia disparado. Una gota de sudor cayó por la sien izquierda de Nico.
La hermana mayor miro hacia delante fijamente a Nico y le habló.
- ¿Porque diablos llevas gafas de sol para conducir en plena noche?. ¡Nos vas a matar!.
- Tranquilizece señorita, aunque suene raro tiene una explicación fácil-no la tenia en realidad, por lo menos no era fácil de explicar-. Es que soy photosensible.
- ¿Como vas a ser photosensible si de día no las llevas?.
- Es una rareza, no soy photosensible a la luz natural, no al sol. Lo soy a la luz artificial, son las luces de las farolas y demás las que me hacen daño, de ahí que por las noches deba llevar gafas de sol.
- Vaya, lo lamento. Dislculpa mi falta de consideración, es que estoy nerviosa, Vero se esta poniendo pálida.
- No sé preocupe, solo tiene un pequeño shock debido a la perdida de sangre. Pero se esta estabilizando, vé como la sangre es ya más oscura, eso es porque esta empezando a coagular, ya pierde menos, y en breve dejara de perder. Con suerte no necesitara una transfusión.
Tras esta breve pero intensa conversación Nico entro dentro de su propio mundo interior para preguntarse asimismo ¿Como podía explicar que llevaba gafas de sol porque a la caida del sol sus ojos verdosos se teñian de un escarlata intenso?. ¿Como podía explicar a nadie lo que es ser -en el mundo de hoy día- un vampiro?, ¿Como hacerlo sin que te tachen de ser un ser del averno, un no muerto o un monstruo?. ¿Como explicarlo al mundo?.
Nací en 1907 y renací a mi nuevo ser en 1922, tengo ciento tres años, pero no aparento más de unos veintiséis. Tengo pocos recuerdo de mi conversión, solo sé que me moría de tuberculosis y en una transfusión-creo que de forma inocente- se me inoculo el virus de la entonces conocida y mal llamada porfiria. Así se llamo durante muchos años a aquello que me aconteció.
Soy un "vampiro" desde entonces, pero no como nos definió para nuestra desgracia Bram Stoker. El escritor nos hizo mucho daño ya que nos convirtió en asesinos, delincuentes y bestias sedientas de sangre. No somos así.
Puedo pasearme de día y de noche, duermo las mismas horas que un humano cualquiera, y desde luego no duermo en ataúd ni soy alérgico a los ajos y al agua bendita. No soy inmortal solo envejezco cinco veces más lento que un ser humano cualquiera, pero al final de mis dias moriré de muerte natural- si no me pegan un tiro antes-. Sí es cierto que soy más fuerte, rápido y ágil que un humano normal pero no tengo necesidad de sangre para vivir. Me alimento de ciualquier cosa que se deje comer, la sangre en mi caso y en la del noventa por ciento de los vampiros que existen es más bien una droga.
Para mi la sangre es una adicción, lo paso mal cuando tengo el mono, pero nunca he matado a nadie por una dosis de sangre, normalmente llevo en el bolsillo interno de mi americana un par de jeringuillas con un calmante de efecto rápido. Si ando necesitado, cojo a la primera persona que pase y la duermo- no más de treinta minutos-para con la ayuda de una pequeña sonda que siempre llevo encima sacar de veinte a treinta centilitros de sangre en dos o tres botes, con ella tengo para varios días, solo si estoy muy desesperado, los duermo y con la ayuda de un dedal con un ganchito bebo la sangre directamente de su arteria, pero estas son las menos.
Aunque la sangre actua como una droga, decir que potencia en mucho las facultades ya de por si extarordinarias del vampiro.
En fin por las noches los ojos se me tintan de rojo y obtengo una visión nocturna muy poderosa, de ahí que me ponga las gafas, dada la naturaleza de mis ojos.
Los pensamientos de Nico vuelven a la realidad.
- Chicas, ya hemos llegado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario