jueves, 19 de agosto de 2010

Memorias de un ángel. capitulo décimo noveno

Tras recoger a Alvaro en el local, cogieron la carretera nacional que salia de Milán, iban sin direción fija, las especificaciones de Nico habían sido un tanto esquematicas. Buscabamos una vía secundaria que derivara en un camino de tierra , buscábamos una cabaña o casa rural, algo así, cerca de una villa renacentista.
Tras unos cuarenta y cinco minutos nos salimos de la nacional para meternos en una vía secundaria oscura y dejada de la mano de dios, parecía ser la que Nico nos había indicado. Cuando a los cinco minutos vimos un pequeño sendero de arena que quedaba a la dercha de la vía supimos que estabamos en el camino correcto.
Cuando lleguemos vimos la cabaña-más grande y llamativa de lo que esperaba, pero muy alejada del mundanal ruido como necesitabamos-, las luces estaban encendidas, tras aparcar hice sonar el claxón para que salieran.
Nico salió y bajo las escaleras hasta llegar a nosotros.
- Me alegro de que estéis aquí. Vero esta herida, ya sangra menos. Habría que coserla, pero yo no puedo acercarme a la sangre-la tentación y la ansiedad podían jugarle una mala pasada- jefe.
- No te preocupes , yo lo haré.
- ¿Donde diablos habéis conseguido ese coche, jefe?. 
- Lirón nos ha enseñado otra de sus múltiples aptitudes interesantes pero poco legales. No podiamos venir en taxi así que le he dejado coger prestado el coche.
- ¿Un Aston Martin Vanquish. Venga que no había nada más llamativo?.
- Que quieres que te diga tío. Soy ingles...ha sido la nostalgia, como un acto patriotico. Dios salve a la reina.
Cuando entremos lo primero en que mis ojos se fijaron fue en ella, no podia evitarlo, hacía siglos que no miraba a una mujer como la miraba a ella. Mis ojos iban más allá de la situación, ignoraban su herida y las manchas de sangre, no podia- no queria- dejar de mirarla. Me atraía muchísimo, sentía algo muy fuerte por ella. Era como un imán para mi...la necesitaba de alguna manera que aun no atisbaba a ver.
Cuando por fin volví a la realidad le dije a Zoe que no se preocupara por nada, que yo me ocuparia de limpiar y suturar la herida de Vero. 
Lo que realmente no supe como explicarle era el porque del ataque que habián sufrido, solo les dije que tenia que ver con el secuestro de su hermano, y ya en esta conversación utilicé la palabra secuestro ya que sabiamos que algun tipo de organización lo tenia retenido. Tambien les prometí recuperarlo.
Lo primero que hice fue dirigirme hacia Vero y mirar la herida, no era profunda pero había pillado varios capilares muy aparatosos y habría que limpirla y suturar despues. Pedí un licor blanco y Zoe me acercó un vodka muy fuerte-era casi alcohol- que habia en el mueble bar de la cabaña, habiamos tenido suerte ya que sin apenas avisar nos habían dejado la cabaña totalmente equipada y eso era de tener en cuenta. En fin cogí el vodka y le dije que lo mejor que podía hacer era llevarme a Vero al aseo para no manchar el salón. Zoe a la cual le tuve que volver a explicar el porque de su ataque- todo era un sinsentido para ella- le pareció bien que llevara a Vero al aseo, intentó ayudarme, pero le insistí en que no era necesario, yo podia cogerla y llevarla sin necesidad, le dije que se fuera a cambiar de ropa, seguramente habría algo en los roperos, ya que estaba bañada en sangre.
La cogi con un brazo bajo sus axilas y el otro bajo las rodillas, la así fuerte como hubiese cogido a Viola el día de nuestra boda-ese que nunca llegó a darse, ese día que nunca pasó- y la llevé hasta el aseo, una vez allí la senté en el inodoro de la forma más cómoda posible.
Levante su vestido empapado en sangre para ver mejor la herida, ahí estaba un corte de unos quince centimetros, no demasiado profundo pero en una zona muy rica en capilares sanguíneos, gracias a dios no había llegado a tocar ninguna arteria inguinal lo cual habría sido muy peligroso. Apenas mantenía la consciencia y aun así me miraba, sentía como no dejaba de mirarme. Heché sobre la herida un abundante chorro de vodka, el dolor la hizo estremecer, pero era necesario limpiar la herida, tras ello puse mi mano sobre la herida. En el mismo instante que mi mano toco su cuerpo una corriente eléctrica atravesó mi cuerpo y una sucesión de imágenes inconexas recorrieron mi visión, podria haberse tratado de una de mis revelaciones, pero no tenia nada que ver, no era un mensaje del cielo, era algo más terrenal, era ella. Ella me había producido esa sensación, ella era la que me hacia sentir todo eso. Fueron segundos, pero cuando todo acabo la ví, no vi a Veronica, vi su alma, aunque por fuera el parecido era relativo por dentro era ella, siempre fue ella, por eso no podia dejar de mirarla, por eso me era tan familiar. Verónica era Viola, no sabría decir como pudo pasar, ni como suceden las cosas pero suceden. Habian pasado más de seis siglos, nunca pude despedirme de ella y ahora la tenia frente a mi, podia abrazarla y besarla de nuevo, podia sentir su cuerpo contra mi de nuevo. Era ella y en su mirada mucho más abierta y despierta que segundos atras. Mire sus ojos y supe que ella sabia que tras Connor se escondia Pietro.

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