domingo, 8 de agosto de 2010

Memorias de un ángel. capitulo undecimo


El tráfico en Milán estaba insoportable esa mañana, o eso o el taxista- Nicodemo creo que se llamaba- nos estaba dando vueltas sin parar, ¿Tanto se notaba que no conociamos Milán?.
En fin tardemos como unos cuarenta y cinco minutos en llegar hasta el consulado de España en Milán. Una vez allí nos identificamos Zoe y yo como ciudadanas españolas para que se nos permitiera el paso, la verdad es que no hubo demasiados problemas, no fueron muy exhaustivos con nuestras identificaciones.
Una vez dentro estuvimos horas de despacho en despacho buscando a la persona con la que debiamos hablar para informar de la posible desaparición de Cesar y de la inoperancia italiana al respecto, cuando por fin pudimos hablar con un tal Luis de Herrera expusimos la situación.
Nuestra fue la sorpresa cuando el susodicho burocrata mostró mucho interés en el suceso. Nos hizo saber que nuestro hermano era una persona importante dentro de las relaciones entre Italia y España, digamos que hacia las veces de embajador ante multitud de politicos y senadores de la peninsula italica, llegando inclusive a ser amigo personal- eso si de orgias por lo que se nos dio a ententder- del primer ministro italiano.
En cuanto le informemos de todo empezó a llamar por telefono y a mover hilos, en unos veinte minutos nos dijo que efectivamente llevaba tres dias sin aparecer por su hotel, nos informo que la ultima vez que se le vio fue saliendo de una disco elitista del centro de Roma con un par de individuos de origen eslavo, serbios al parecer, aunque no habían sido identificados siguió diciendo, podrian tratarse de sicarios de una poderosa mafia del este. 
Tras esta ultima posibilidad a Zoe y a mi se nos heló la sangre, pero enseguida Luis nos dijo que eso no queria decir nada, que era normal ese tipo de gente en los ambientes en lo sque se movía su hermano, que no había porque alterarse ni dar nada por sentado, que enseguida iba a informar al ministro de exteriores y al csid para que se encargaran del asunto y que en pocas horas sabriamos algo concreto. Nos dijo que lo mejor que podiamos hacer era irnos al hotel o a ver Milán, que distraernos era nuestra mejor opción.
La verdad es que es facil decir que vayas al teatro o a ver la catedral cuando no es tu hermano el que esta desaparecido y al que han visto en compañia de mafiosos del este.
En fin Zoe y yo nos fuimos al hotel, no sabíamos que hacer, pero no teníamos el cuerpo para irnos de fiesta; lo más cercano a una fiesta que mi hermana y yo tuvimos esa tarde fueron las copas de coñac que nos tomemos en la cafeteria del hotel, porque cuando fuimos a echar mano del minibar solo tenia agua y referecos, y nos apetecía un trago. 
Sobre las ocho de la tarde recibí una llamada al mobil, crucé los dedos esperando que fuera Cesar, y que todo hubiese sido un susto. Pero para mi sorpresa era el agente encargado del caso de mi hermano. Decía que debiamos vernos, me extraño tanta rapidez, no podia traer nada bueno, pero accedi a verle lo antes posible, entonces me dijo que estaba en la puerta del hotel que si podia salir al exterior, esto me pareció aun más extraño, pero accedí de nuevo, no se porque pero su voz me era extrañamente familiar.
Cuando salí y lo vi tuve una sensación de deja vu, sentí que conocia a aquel hombre espigado de pelo castaño y dspeinado con ligera barba y un pitillo apenas apoyado entre sus labios, con traje oscuro y corbata negra...hubo algo en sus ojo castaños que ya habia visto antes, era una calidez inusitada, también estaban llenos de tristeza y dolor, cuando por fin conseguí despertar y volver al mundo real me acercó la mano para que se la estrechara y me habló:
- Buenas señorita Belladonna...Soy el agente especial Connor McCoy, y estos son los agentes especiales del cni Nicolas Gaya y Alvaro Losada...y a estos dos de aquí...solo ignorelos (refieriendose a Logan y a Ricky).
- Encantada...pero por favor llamenme Verónica.

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