viernes, 6 de agosto de 2010

Memorias de un ángel. capitulo noveno

Ya llevaba tres días en Milán, y aun no sabia nada de mi hermano Cesar. Mi hermana Zoe y yo habiamos llegado a Milán invitados por Cesar debido aun gran trato o negocio que había cerrado.
Habíamos venido para celebrarlo, pero aun no sabiamos nada de él, y la preocupación se hacia patente con el paso de las horas. Cesar era el menor de los tres, pero en cambio siempre fue el más despierto, gracias a su esfuerzo y tesón pudo ir a estudiar al extranjero, mis padres trabajaron muchísimo para poder pagarle los estudios en Yale y demás masters y postgrados. Gracias a sus estudios y dominio de los idiomas se habia buscado un gran empleo en Milán en una multinacional de inversiones. Para su edad ya habia acumulado una peqeuña fortuna. Cesar era el mejor en su trabajo y por lo visto había hecho algo muy gordo, algo grande de verdad,ya que no era normal que nos llamase tan exaltado para pedirnos que vinieramos para Milán a celebrar con él. Nos dijo que no nos preocuparamos por nada, que el nos mandaria los pasajes y nos reservaria el hotel; así que ni Zoe ni yo fuimos capaz de negarnos, además hacia más de dos años que no le veíamos, y nos pareció una excelente oportunidad para volver a verlo- no lo veiamos desde el entierro de papa-.
Unos cuarenta minutos despues por fin se abrió la puerta de la habitación, esperaba que Zoe me trajera noticias de Cesar.
- ¿Dime que lo has encontrado?.
- No, en su hotel hace tres días que no saben nada de él, ni ha dejado recado alguno para nosotras.
- ¿Entonces donde diablos se ha metido?.
- Le he dejado varios mensajes en el mobil que aun me aparece como desconectado, tambien le he dejado recado en su hotel.
He pasado por una comisaria de los carabinieri para ver si pueden hacer algo.
- ¿Y bien...?.
- Nada, me han dicho que de momento no pueden hacer nada, que tu hermano tiene una fama de snob y mujeriego conocida por toda Milán, y que lo más normal es que este de fiesta en fiesta o de que se haya ido con cualquier chica de fin de semana a Roma, que tratandose de él, hace falta algo más que tres dias sin dar señales para actuar.
- Pero eso es una lócura, que me importa a mi la fama que él tenga, esta desaparecido, con nosotras nunca ha sido tan irresponsable, esta claro que que no es normal nada de esto...deberiamos ir al consulado.
- Y eso es exatamente lo que haremos Verô.
Las dos hermanas cogen sus abrigos, ya que la mañana en Milán se había presentado fresca y salen por la puerta de la suite junior del hotel AC Miláno por la vía Tazzoli, recién salimos casi nos atropella un tranvía amarillo, hacia años que no veía uno, ya que en Granada hacia más de treinta años que quitaron el último. Antes de salir pasamos por recepción para dejar un recado por si acaso Cesar las reclamara. Una vez en la calle, tras evitar el tranvía se pierden entre la multitud que recorre la ciudad lombarda.
Al llegar a una gran avenida, se detienen para coger un taxi, lo cual a veces es muy complicado en Milán. Mientras esperan, Vero recuerda una vez más esos sueños tan reales y abrumadores que tiene. Los mismos que la habían sobrecogido la mañana anterior cuando había quedado con Zoe en la terraza de un café que hay cerca del hotel.
No podia evitar sentir esos sueños como recuerdos propios, aunque era una idea descabellada ya que ella no creia ni en vidas pasadas, ni en trasmigraciones del alma ni demás parafernalias, pero cuando tenia esas visiones, sueños o como sean que se llamen, sentia, padecia y hasta sufria....no podia dejar de recordar a aquel muchacho que le tendio la mano, a Pietro, no lo conocia, no sabia ni tan siquiera si habia existido en realidad...pero cuando veia su sonrisa, sentia a que lo amaba...., y no podía evitar ese hecho, era extraño y más bajo las circunstancias en las que me encontraba que no pudiera de dejar de pensar en Pietro. Recuerdo como un recuerdo propio la tarde en la que robó una manzana muy muy verde para mi, me había gustado y volvió para atrás al puesto para robarla a la carrera y dármela a escondidas en un callejón, aquel día pese a los nervios de que nos pudiesen pillar o incluso de que alguien que conociese a mis padres nos pudiera ver, nos besamos, fue nuestro primer beso, de hecho solo eramos amigos, pero nos gusto, fue algo que ambos deseábamos y nos gusto. Volviendo a la realidad Verónica siente en sus labios el roce de los de Pietro, y se sintió mal,estos sueños la hacían sentir culpable, su hermano estaba desaparecido y ella fantaseando con un amor de una vida pasada...realmente se estaba volviendo loca. ¿Que pensaria Zoe si le contara todo esto?.

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